lunes, 5 de abril de 2021

LA TEORÍA DEL BULTO (artículo sobre arquitectura)









Podríamos asimilar el recorrido o los itinerarios de los usuarios con un flujo.

En los flujos, en ingeniería, cuando hay previstas subidas de presión, se configuran válvulas de expansión para prevenir golpes de ariete, o se colocan arquetas en los cambios de dirección.

Estas previsiones en el flujo de los usuarios serían asimilables a un "bulto" que hay que respetar sin colocar nada, en el plano. Si el itinerario del usuario se puede representar con una línea desde el inicio del recorrido hasta el final, donde hay cambios de dirección y en los inicios y finales de los recorridos hay que dejar un "bulto" sin ocupar y sin que sea atravesado por otro itinerario. Ejemplos típicos, en la espera de un ascensor, antes y después de cada puerta (¿os imagináis un mueble tras la puerta, aunque la puerta abra hacia nosotros?), en el arranque y desembarque de cada escalera, en todos los cambios bruscos de dirección, y frente a todo puesto fijo de uso (una maquina de refrescos, un electrodoméstico, una encimera de una cocina, un armario, un lavabo, etc...) Esto funciona a todas las escalas, pero la más inmediata es la doméstica.

Pondremos un ejemplo visual, que seguro ayuda.







En el caso de la foto, hemos dicho que frente al lavabo hay que reservar una zona para su uso, uno ocupa ese espacio (o bulto), cuando se está lavando las manos, para mirarse al espejo cuando se repasa el pelo o para colocarse las lentillas. El espacio donde se ha colocado ese lavabo mide 90 cms, que sería un espacio suficiente para colocarlo de frente, pero a todas luces insuficiente para colocarlo en un lateral. En algún aseo doméstico, de uso privado para una sola persona, a veces colocamos un lavabo en el lateral en solo 90 cms, recurriendo a un lavabo de fondo reducido (máximo 30 cms), para dejar libres para el usuario otros 60 cms. En el caso de la foto, con un lavabo standard, que mide 48 cms, se quedan 42 cms para una persona; es decir, hay que flanquear el lavabo para pasar de canto, porque de frente no se cabe, y aunque a uno no se le ocurra inclinarse y sacar el pompis, porque se da con el trasero en la pared del fondo. Se trataría de una solución cutre y muy deficiente incluso para un lavabo de uso doméstico y privado para un único usuario. Si tenemos en cuenta que esa estancia, además, es de uso de pública concurrencia y está destinad a varios usuarios, que necesitarían pasar por ese mini-espacio para ir al urinario o para el otro aseo, la solución se revela como terriblemente defectuosa. ¿Alguien me explica cómo pasa uno para el urinario o para el aseo del fondo, si hay una persona usando el lavabo y esa persona ni siquiera cabe bien frente al mismo? Hay que prever mejor los movimientos de los usuarios.

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