Ese
rascacielos invertido
que
se adentra llenando de vida todas las estancias.
Esa
geometría perfecta
que
impone orden en el caos.
Esa
estructura porticada
que
soporta el peso de lo intangible.
Esa
fachada con vanos
que
hace penetrable la piel.
Ese
cielo que es el techo,
ese
adentro que es afuera.
Ese
patio
es
el que da luz a esta arquitectura.
Raúl Vela Aguilera.
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