Tenía un profesor que decía que sin buen cliente no hay buena arquitectura. En aquel tiempo yo discrepaba porque pensaba que el buen arquitecto seguía siendo buen arquitecto aunque su cliente no fuera buen cliente. En aquel tiempo yo no tenía clientes y no tenía ni idea de lo que aquello significaba; ahora le doy toda la razón.
Con el tiempo he
llegado a la conclusión de que el buen cliente no llega solo como caído del
cielo, salvo contadísimas excepciones. ¿Qué hacer entonces? Yo pienso que al
buen cliente hay que ayudarle a nacer; es decir, convertirlo en buen cliente
durante la relación y el tiempo que dura el proceso de un proyecto y una obra.
Para ello hay que usar ciertos recursos didácticos, y como hay conversaciones
que ya las repito en serie con cada cliente, me he propuesto abrir esta nota
para ir ampliando contenidos que considero que pueden ser interesantes y a un
cliente o potencial cliente le puede ayudar en la manera de tratar con el
arquitecto, de enunciar sus peticiones, de trasladar sus exigencias, etc... Es
fundamental que el buen cliente llegue a comprender la arquitectura que se le
propone, para que se apropie de ella, la admire, la valore, la disfrute e
incluso la sepa explicar; se requiere un mínimo de sensibilidad y un mínimo de
capacidad de análisis que todo el mundo tiene .
1. ELECCIÓN DEL
ARQUITECTO.
Puede parecer una
perogrullada, pero la elección del arquitecto es más que determinante en el
resultado final; la elección de un buen arquitecto es responsabilidad y acierto
de los clientes, y viceversa. Para este punto, los arquitectos famosos lo
tienen más fácil, ya que quienes les buscan van buscando su mano y su firma. En
el caso de los arquitectos que trabajamos en el anonimato, los clientes nos
buscan por diversas razones y a veces la motivación no es la adecuada. Para
atinar, los clientes deben hacerse varias preguntas (en su interioridad, no a
nosotros) muy diferentes a la que nos hacen normalmente, que es pedir precio o
presupuesto.
· Solvencia
técnica.
¿Este arquitecto ha tenido una trayectoria académica solvente, ha ganado
concursos, ha obtenido premios o distinciones, tiene buena crítica entre otros
profesionales? Todos los arquitectos que ejercemos tenemos el título y estamos
colegiados, pero como en todo, los hay mejores y peores, es labor del cliente
saber con quien va a tratar.
· Estilo.
¿Nos agradan los diseños de este arquitecto? ¿Este arquitecto va a colmar
nuestras expectativas de diseño? Si uno busca una casa moderna, mejor será que
busque a un autor que las haya proyectado y se maneje con ellas como pez en el
agua, al igual que si uno busca una casa con estilo cortijero, lo mejor que
haría sería buscar al arquitecto que las proyecte.
· Confianza en el
trato.
¿Me siento con confianza para exponerle a este arquitecto mis deseos?¿Es
accesible, cercano?¿Es convincente en sus argumentos? ¿Es el adecuado para
realizar el acompañamiento durante todo el proceso? El arquitecto no solo
proyecta planos, también asesora, acompaña durante el proceso, intermedia en
situaciones de conflicto, etc No se trata de que uno entable una relación de
amistad íntima con el técnico, pero lo normal es que haya una relación
continuada durante un tiempo de uno o dos años; conviene, por tanto, valorar
cómo se prevé que sea ese trato.
· Compromiso de
seguimiento.
¿Buscamos un arquitecto que simplemente nos tramite el papeleo para conseguir
la licencia porque ya tenemos claro lo que queremos y tenemos elegido al
constructor? O ¿buscamos un arquitecto creativo, que nos aporte soluciones a
nuestros deseos y necesidades, con capacidad propositiva? ¿El arquitecto es de
fuera pero nos compensa porque cobra barato y no nos importa que venga poco
porque lo que esperamos de él es su firma y el constructor ya se encargará de
resolver a su criterio? O ¿Queremos que el arquitecto se implique en el proceso
de la obra, que supervise periódicamente, tal vez con periodicidad semanal, que
la obra avanza conforme a su proyecto y que resuelva en obra cuantas
aclaraciones y dudas se susciten, y que todo se ejecute conforme a su criterio
profesional sin dejar a los albañiles margen de improvisación?
· Entrega de
documentación. ¿Me entregará el arquitecto simplemente los planos de la
casa o podré ver la casa con recursos contemporáneos? ¿Podré visualizar además
de los bocetos la casa en tres dimensiones con infografías fotorrealisticas?
¿Podremos entrar en la casa literalmente gracias a la tecnología de realidad
virtual con gafas VR? Algunos clientes tienen una visión espacial muy avanzada,
pero lo más común es que las infografías y la realidad virtual contribuyan a un
mejor conocimiento del espacio y de la propuesta, bien como muestra de lo que
se va a construir o bien como herramienta de trabajo para tomar decisiones
durante el proyecto. Los estudios que ofrecen este servicio ofrecen un valor
añadido.
· Estudio de
costes.
“
“ Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero
y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? No sea que
después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean
comiencen a hacer burla de él.” Jesús de Nazaret. Lucas 14:28-29
Algunos arquitectos, antes incluso de tener el encargo realizado, ya se ponen a
diseñar como intento de gancho para captar al cliente. Yo considero eso un
error. Un estudio de costes riguroso, orientativo y estimativo, pero detallado
y exhaustivo, es imprescindible antes de abordar cualquier encargo, ya que
puede afectar al planteamiento o incluso puede llegar a descartar su
realización. He tenido clientes que, después de explicarle los costes (esto lo
hacemos sin compromiso alguno), han abortado la idea de hacerse casa propia y
se han comprado un piso; damos en esos casos el asesoramiento por bien
empleado, ya que mucho mejor es eso que encargar un proyecto que después es
irrealizable.
· Precio.
¿Los honorarios están dentro de un margen de mercado en comparación con otros
profesionales? ¿Los honorarios son proporcionales a los servicios ofrecidos y
al tiempo de dedicación de cada fase (proyecto y obra)? ¿Los honorarios son tan
caros que inviabilizan la contratación o tan baratos que sospechamos que el
servicio no va a ser adecuado o no va a tener la atención que se merece? El
precio de un servicio es un aspecto fundamental en su valoración, pero
entendemos que no concluyente, ya que por otro precio se contrata a otro
profesional, y por tanto otro producto, pues el servicio y el resultado van a
ser necesariamente distintos. Recomendamos la elección del arquitecto en
conjunto con los otros aspectos anteriores, y no desestimar a algún arquitecto
por económico pero nunca elegirlo en relación exclusiva al precio; es decir, no
hay que escoger al arquitecto por ser el más barato.
2. EL ENUNCIADO DE LA
CUESTIÓN.
Una vez elegido al
arquitecto, se abre una etapa fundamental. El arquitecto tiene la misión de
proyectar una solución personalizada para los nuevos clientes. Por tanto, los
clientes tienen una responsabilidad importantísima en saber enunciar sus
deseos, tarea para lo cual no están normalmente entrenados y una de las razones
principales por las que yo estoy escribiendo este artículo
· Programa de
necesidades.
Es obligación y responsabilidad exclusiva del cliente enunciar su programa de
necesidades, que consiste en hacer una lista de las funciones a desarrollar,
número de estancias mínimas, tamaño aproximado de cada una y la funcionalidad
en cada una de ellas. El arquitecto puede asesorar o ayudar a concretar el
programa de necesidades en caso de que los clientes no lo tengan del todo
claro, pero es en última instancia la responsabilidad de ellos el definirlo y
concretizarlo.
Ejemplo 1. Queremos una casa con 3 dormitorios, 2 baños. garaje y porche, con
dimensiones un poco más grandes que en VPO (como un 20-30% por encima)
Ese sería un ejemplo muy escueto de un programa mínimo bastante estandarizado.
Yo suelo recomendar que en vez de número de estancias a secas, se explique que
es lo que se desea realizar en cada una de ellas, porque a veces me han pedido
4 dormitorios, pero uno quería ser usado como cuarto de plancha y otro como
zona de estudio; esto viene heredado de cuando uno compra o alquila un piso de
varios dormitorios y cada uno lo ocupa con una función, pero en el caso de una
casa personalizada, el cuarto de plancha no tiene por qué tener las dimensiones
de otros dormitorios ni estar agrupado a ellos, al mismo tiempo que un espacio
como zona de estudio no tiene porque estar diseñado como una sala con 4 paredes
y un techo como lo suele estar un dormitorio tipo. Si se enuncian bien las
necesidades y de forma abierta el arquitecto podrá ofrecer soluciones novedosas
e ingeniosas, diferentes a la distribución de un piso típico.
·
Deseables y condicionantes.
Acto seguido de tener la lista del programa bien definida, uno debe contarle al
arquitecto cómo le gustaría que fuera su casa, cómo le gustaría habitarla y qué
relación debe guardar entre las estancias. La lista de deseos puede ser
interminable. Como la casa perfecta no existe, a menudo los deseos son
incompatibles entre sí, o son inviables de hacer cumplir, o presentan
inconvenientes de mayor rango, por lo que conviene priorizarlos, saber escoger,
y por ello es imprescindible categorizarlos en deseables y condicionantes. De
momento ofrezco una lista de ejemplos de deseos:
- Queremos que la casa esté construida en una sola planta.
- Queremos que, de los dos baños, uno esté incorporado en el dormitorio
principal, en modo suite, al igual que el vestidor.
- Me gustaría que desde la habitación principal pudiéramos tener vistas al mar
y que la orientación de las habitaciones de los niños fuera al amanecer.
- Nos gustaría que la construcción fuera de tal manera que saliera lo más
económica posible. - Queremos un gran ventanal en el salón, con salida al
porche y al jardín.
- Queremos que los techos de toda la casa sean más alto de lo habitual.
- Nos gustan las casas de campo, como ésta de la revista.
- Nos gustan las casas al estilo de Mies Van der Rohe (esto me lo dijo una vez
un cliente y le hicimos un diseño increíble. Véase CASA HAIKU https://www.facebook.com/raulvelaaguilera/media_set?set=a.10201137388538763&type=3)
- Queremos que la cocina sea completamente independiente del salón, o
justamente lo contrario, que esté integrada en la sala de estar con una isla de
independencia tipo cocina americana.
- Mira esta escalera de la revista o pinterest. Es chulísima, nos encanta,
queremos tener una igual o parecida en la salla de estar.
- Quiero tener una ventana detrás del fregadero.
- Quiero tener una campana empotrada en el falso techo.
- Quiero que al entrar en el baño lo que se vea de frente sea el espejo del
lavabo, que lo he visto en tal revista de decoración como consejo y queda
monísimo.
- Quiero tener en mi casa un patio como este de los Reales Alcázares.
- Me gustaría poder mirar la luna con un telescopio desde mi estudio.
La lista que os he compartido se corresponde con ejemplos reales que he tenido
durante mis años de ejercicio de la profesión, y he escogido algunos que me
parecen didácticos. La lista de deseos es bueno que sea larga, como también es
bueno saber que la casa no los va a cumplir todos; también es bueno ilustrarlo
con imágenes de otras casas a modo de imaginario o inspiración, pero sin
pretender que nuestra casa se vaya a parecer a todas a la vez, cada diseño debe
tener personalidad propia. La clave de este punto del artículo es aprender a
distinguir entre la lista de deseos, lo que son condicionantes de lo que son
deseables. La lista de condicionantes debe cumplirse sí o sí. Uno podría llegar
a pensar de forma errónea, pues voy a hacer una lista de condicionantes lo más
larga posible para que todas las condiciones se cumplan. El problema es que si
hay muchos condicionantes, para hacerlos cumplir hay que sacrificar otras
cuestiones, como idoneidad de la distribución o de la orientación, o la armonía
del conjunto o el coste de la edificación. De hecho, la estrategia más
inteligente es poner como condicionantes los mínimos, y como deseables la
mayoría y que se cumplan los que se consigan. Por ejemplo, de la lista
anterior, yo pondría como condicionantes solo los que afectan a la manera de
cómo queremos habitar la casa, que la edificación sea de una sola planta, que
la suite principal tenga baño y vestidor y que la cocina esté integrada en el
estar (o lo contrario). Todo esto afecta a cómo la familia va a vivir la
vivienda y son cuestiones muy personales, el resto lo dejaría como deseable,
como inquietud, como imágenes inspiradoras, y que el proyecto sea capaz de
recoger e integrar las que el propio proyecto pida, si es que procede, porque,
de hecho, en la lista, hay algunos puntos que más que deseables son
“indeseables”, ya que entorpecen el desarrollo integral armónico del proyecto.
Desarrollaremos esto en otro punto del artículo, el Decálogo de lo que el
cliente no debe pedir. A menudo hay gente que trae dibujado el plano en una
servilleta o incluso en cad. Yo lo interpreto como una forma de enunciar la
lista de deseos, pero nunca como un punto de partida que hay que desarrollar
tal cual, suelo explicar los puntos fuertes de ese plano para rescatarlos y
asimismo explicar sus defectos para evitarlos en la nueva propuesta que
hagamos.
3. ENFOQUE DE
MODIFICACIONES
Cuanto mejor enunciado
esté el problema (punto anterior), menos modificaciones surgirán, pero como son
inevitables, también es interesante saber cómo afrontarlas desde un punto de
vista dialéctico. Hay que abstenerse de hacer modificaciones en el programa de
necesidades, ya que si se cambian las premisas de partida necesariamente hay
que partir de nuevo, por ejemplo, si se desean dos habitaciones más no se
introducen en una propuesta ya definida como al que le salen dos granos, habría
que hacer otro proyecto distinto.
· ¿Se puede...?
No hay cliente que se resista a hacer una pregunta comenzando por esa coletilla.
¿Se puede...? - ¿Se puede poner la entrada aquí? - ¿Se puede poner un tabique
ahí en medio separando el espacio en dos? - ¿Se puede “aprovechar” esa terraza
con otra habitación? - ¿Se puede poner una ventana más grande ahí? - ¿Se puede
hacer ese pasillo el doble de ancho? - ¿Se puede quitar ese tramo de muro? -
Etc, etc. A menudo la pregunta esconde cierta ingenuidad pero en otras
ocasiones encierra una perversión escondida tras la siguiente secuencia
argumental. ¿Se puede...? Esperando la respuesta afirmativa, sí; “Ah, si se
puede, pues entonces lo quiero”. Es una secuencia nefasta pues a la
pregunta de si se puede la respuesta es siempre afirmativa. Todo siempre se
puede, por tanto, nunca se debe preguntar algo con la potencialidad de si se
puede o no se puede, hay que enfocar la cuestión desde otra perspectiva más
inteligente: -¿Es conveniente hacer esto? -¿El proyecto ganaría si se
hiciera este planteamiento? -¿Es caro hacer esto? - Tengo este deseo y veo este
inconveniente y a bote pronto he pensado esta modificación, ¿queda bien?¿se te
ocurren otras posibles soluciones para mi preocupación? - ¿lo permite la
normativa urbanística?
4. VALORACIÓN DE LA
PROPUESTA.
La arquitectura es
extraordinariamente compleja, intervienen muchos factores, los deseos de los
clientes, el programa, las condiciones urbanísticas, el presupuesto, las
características de los materiales, las limitaciones de los constructores
locales la gravedad, la orientación solar, los vientos dominantes, la
topografía, el diseño. Combinar todo ello en una propuesta definida y clara
solo puede ser valorado por otros profesionales expertos, No obstante, yo soy
de la opinión de que cada cliente debe aprender durante el proceso lo
suficiente como, por lo menos, poder valorar su casa y poder explicar el
proyecto con un discurso distinto de decir cuantos dormitorios y cuantos baños
tiene la vivienda. Para poder valorar una propuesta, la de uno mismo o incluso
la de unos vecinos u otros, sugiero responder a las siguientes preguntas.
- ¿La casa tiene una implantación interesante en la parcela? ¿Aprovecha bien
los espacios exteriores? ¿Los espacios principales disfrutan de las mejores
vistas?
- ¿La casa guarda buena relación con las vistas de los vecinos? ¿Se reserva la
privacidad de los dormitorios de la vista de los vecinos? ¿Se evita el efecto
rebote?
- ¿La orientación solar es la adecuada? La ideal es orientación sur, o levante
para los dormitorios, como tercera opción el poniente, y como última opción el
norte.
- ¿La distribución está bien zonificada, zona de día y zona de noche?
- ¿La edificación presenta juegos espaciales, techos a diferentes alturas,
espacios que se comprimen y se dilatan, visiones cruzadas, espacios o vistas
que se superponen concatenados, etc?
-¿La edificación presenta juegos de luces singulares, ventanas o ventanales
adecuados a cada espacio y a cada vista, visiones enmarcadas como cuadros,
lueces cenitales, luces diagonales, etc?
- ¿Hay una propuesta de transición al espacio exterior a través de un porche
singular personalizado para este proyecto, que enmarca de manera especial el
espacio exterior?
- ¿La entrada a la casa se realiza de manera sugerente? Véase nota de l a
promenade.
- ¿Se minimiza o incluso evita el espacio destinado a distribución o pasillos?
- ¿Crees que a casa responde a un discurso arquitectónico?
- ¿Hay jerarquía entre funciones? ¿Las estancias principales y mayores tienen
mejor orientación y mejores vistas que los espacios servidores (pasillos,
baños, lavadero, vestidor, escalera, etc)?
- ¿Hay coherencia en los materiales empleados?
- ¿Se evitan los ornamentos superfluos? ¿Da la sensación de que nada sobra? ¿Se
evita la ostentación?
- ¿Las formas exteriores son coherentes con la manera de construirse? ¿Hay
autenticidad entre las soluciones y su manifestación externa?
- ¿Los espacios están bien pensados en relación a su amueblamiento?
-¿El diseño de la casa es singular?
- ¿Cada habitación presenta un diseño optimizado?
Con este minicuestionario no pretendemos simplificar en exceso la valoración de
una propuesta arquitectónica, pero si pretendemos ofrecer un acercamiento para
que el neófito pueda sopesar y valorar algunos puntos importantes y que con
sentido común y con lógica puedan llegar realizar un examen exhaustivo de los
puntos más destacables. Haced la prueba y chequead las casas de vuestros
vecinos y familiares para ir cogiendo confianza con los temas.
5. DECÁLOGO DE LO QUE
EL CLIENTE NO DEBE PEDIR.
Comentaba antes que
algunos clientes traen en su lista de deseables , algunos “indeseables”. Como
con algunos me topo de manera frecuente, los voy a compartir para que, si eres
cliente o potencial cliente, por favor, no los pidas.
·
Tomar como referencia
un prototipo inadecuado.
Si uno tiene una casa entremedianeras con 5 metros de fachada, lo mejor será
que busque referencias de casas en situación similar, con la misma
problemática. En una ocasión, ante un proyecto entremedianeras, me trajeron
como referencia la casa de Falcon Crest, que es lujosa, aislada y está en medio
del campo.
·
Esperar a tener el
primer plano de la propuesta para querer tunearlo apartándonos de las premisas
iniciales.
Algunas personas quieren desarrollar su creatividad en sus proyectos. Ya he
explicado que la arquitectura es extraordinariamente compleja incluso para los
profesionales. Yo recomiendo que el que quiera desarrollar la creatividad pinte
un cuadro, escriba un poema o componga una canción, ya que son actividades
creativas que no requieren de gran inversión económica. En cuanto a la
arquitectura, la obligación del cliente es exponer sus requerimientos, no
ofrecer las soluciones (tipo, en vez de este patio que has dibujado vamos a
hacer otra habitación, el espacio del porche me parece inservible, mejor
agrandemos la sala de estar, etc) ese tipo de cuestiones es mejor plantearlas o
replantearlas como puntos de partida no como soluciones tuneadas.
·
Querer tunear los
alzados.
Algunos clientes piensan que es fácil modificar el tamaño de las ventanas, una
más grande por allí, otra nueva por acá, quiero mucha luz, etc... En ocasiones
pueden hacer aportaciones interesantes, pero normalmente lo que se consigue es
distorsionar el proyecto y el diseño original, ya que las ventanas se piensan
en relación a un conjunto, en relación a un volumen exterior, en relación al
espacio interior. Es un poco pueril pensar que el arquitecto se está
despreocupando de la luz que entra en las estancias, tanto más cuando uno
quiere identificarse como el arquitecto de la luz, sobre todo por la
cualificación de la luz, porque no se trata solo de la cantidad de luz que
entra sino de cúál es la calidad de esa luz que entra.
·
El pasillo lo quiero
más grande lo normal.
Soy partidario de que los elementos tienen que tener su justa medida, ni menos
de lo que deben ni más de lo que deben. Si a uno no le gustan los pasillos se
podrían plantear distribuciones sin pasillos, o convirtiendo la zona de paso en
un espacio habitable como zona de juegos o sala de estudio, como una habitación
extra, pero si hay pasillos, debe tener la medida que tenga que tener en
relación a lo largo que sea y a las estancias que abastezca, no por darle mayor
dimensión la casa debe ganar, porque lo que se da a uno se le quita a otro y
hay que sopesar.
·
El lavabo enfrentado
con la puerta de entrada al baño, que lo he visto recomendado en una revista de
decoración.
Prohibidas las revistas de decoración. Suscríbanse a revistas de arquitectura.
El lavabo puede estar enfrentado o también puede estar en un lateral o en la
ubicación que el proyecto en cuestión demande; es el lavabo el que debe ponerse
al servicio del proyecto y no al revés.
·
La ventana la quiero
centrada en esa pared y con tal medida para aprovechar las cortinas que tengo
en mi piso.
Utilizo el mismo argumento que la posición del lavabo. Lo lógico es que se
subordine la ubicación y el tamaño de la ventana a una idea de proyecto, y no
al revés, aunque implique desaprovechar las cortinas o incluso renunciar a
ellas.
·
Pensar en elegirlo todo
de forma aislada como si se escogieran las cosas en un catálogo.
Algunos clientes hacen un montón de preguntas sobre los elementos de forma
inconexa, sobre cómo va a ser la tapia de la parcela, sobre cuales son las
opciones para colocar la entrada, sobre cuales son las ventajas e inconvenientes
de usar un material u otro, sobre cómo van a ser las manillas de las puertas,
sobre si se eleva el pretil o no, etc. El problema no es preguntar sobre todo
eso, sino pensar que se puede decidir sobre aquello de manera independiente. Lo
ideal es tener una idea de conjunto, que normalmente suele tener el arquitecto,
y subordinarlo todo a aquella idea. Si se deciden los temas de forma aislada, se
pierde la fuerza de la idea.
A menudo, el planteamiento erróneo viene precedido de la pregunta trampa ¿qué
es mejor, esto o aquello? Así se trata de objetivar un tema subjetivo que debe
estudiarse en relación a las partes del conjunto, no de forma independiente.
·
Querer comprar un sofá
extremadamente grande.
La armonía es la relación entre las partes. Uno no puede querer ser caprichoso
en relación a algunas cuestiones como el amueblamiento sin pensar cómo afecta a
la organización del espacio, aunque quepa en la estancia.
·
Querer la escalera
chulísima que ha sido vista en la revista o en pinterest en la sala de estar.
Reconozco que la escalera es un tema de diseño especial y que una escalera
escultórica o pensada para quedarse vista es muy sugerente. Pero de nuevo
debemos estudiar el caso en relación al conjunto. Debemos preguntarnos si la
escalera es de uso puntual o si es de tránsito diario para acceder a los
dormitorios en planta alta. Si es de transito diario yo cuestionaría el estar
como la ubicación ideal para la escalera que tal vez deba estar en un punto de
distribución general y no por ello debe de dejar de tener un diseño
interesante.
·
Querer la ventana con
vista panorámica tras el fregadero.
Este es otro ejemplo para plantear la cocina en relación al conjunto del
proyecto, y no al revés. Si trabajamos de la parte al conjunto, lo planteamos
mal, colocaremos la ventana en el mejor sitio, justo debajo la encimera, le
daremos el gusto al cliente y tal vez se proyecte la cocina en un lugar
inadecuado o con una orientación inadecuada. Por suerte o por desgracia, hace
poco he hecho un proyecto en el que los clientes tenían esta petición y supimos
enfocarlo como un deseable en vez de como un condicionante, y antes que yo otro
arquitecto había hecho otra propuesta en el que había cedido a las peticiones
de los clientes, sin más, condenando a la cocina a tener una orientación
inadecuada, sin salida al porche al que servía, condenando a la sala de estar a
no tener las mejores vistas, etc.. En fin, un desastre.
·
Seguir las indicaciones
del Feng Shui.
Prohibido hablar de flujo de energías que no son objetivables.
·
Pretender tunear el
proyecto cuando está bien encajado.
A muchos clientes les resulta fácil plantear sugerencias de modificaciones en
los proyectos: Una ventana aquí, ésta más estrecha, este pasillo más ancho,
este dormitorio más alto, el vestidor en otro lado, etc En la comunicación no
verbal, cuando se hacen propuestas de tuneo se están diciendo muchas cosas
sobre la supuesta inoperancia del técnico que es tan torpe que no da con la
tecla y además uno ya le tiene que dar la solución. Ese no es el camino. Si
algo no cuadra por alguna razón, lo correcto es replantear la situación como al
principio, explicar qué es el o que no encaja bien y trasladarle la preocupación
al arquitecto para que el proponga una variante de la solución o, tal vez, os
confirme que la solución ofrecida realmente no es problemática, y quedéis
convencidos, pero los cambios en los proyectos son integrales, afectan a muchas
cuestiones /estructurales, instalaciones, compositivas, etc
Tengo la sensación de
que este artículo será ampliado con el tiempo, pero de momento constituye una
base para que todo aquel cliente que se quiera convertir en un buen cliente se
vaya familiarizando con la jerga, con la temática y con los puntos de interés
de la arquitectura doméstica.
1 comentario:
Espero que hayamos sido unos buenos clientes 😜😘
Publicar un comentario